martes, 17 de julio de 2007

La lluvia le sienta bien a la casa maldita!


Ya ha pasado tiempo sin verla pero, su recuerdo hoy más que nunca vaga por mi memoria, recuerdo la última vez que la vi, en ese momento quería gritarle, hacerla sentir mal, talvez tomarla de los hombros y sacudirla para despertarla del trance en el que estaba pero no lo hice, dejé que se fuera, y después quise perdonarla, pero tampoco lo hice, aunque esas fueron mis primeras palabras, al cabo de un par de días la maldición era irreversible y, no la pude perdonar.

Hoy la herida duele más que nunca, hoy que se cumplirían dos años de la creación de esta casa y la herida se ha hecho más profunda y más constante. Aunque me duele solo cuando respiro y, me duele más cuando recuerdo aquel día, el dolor ya no causa pena en mi ni tampoco me pone triste, ya me he acostumbrado a ello

Y aun hay más, no solo la maldición de la casa se ha hecho peor, ahora la casa no se conforma con maldecirme solo a mi y a las personas que se me acercan o interactúan conmigo, si no que también maldice a las personas que estando lejos de mi e interactúan conmigo.

Ella me sigue visitando, me sigue dedicando sus palabras, me cuenta y me pregunta cosas normalmente, como si nuestra separación hubiese sido voluntaria. Lo hace talvez sin malas intenciones, lo hace talvez inocentemente avalada con la ignorancia de mi desdicha y yo, le sigo respondiendo, aun en estas condiciones no le puedo negar un par de líneas, pero no la puedo perdonar, talvez si la viera, podría hacerlo, pero no cambiaría las cosas, y tampoco la veré.

Ahora volveré a ser un ente vagabundo al interior de la casa maldita. La casa nuevamente empieza a oler solitaria, en las esquinas ya se acumula polvo, la ropa en forma de montículos cubre el sillón y la cama, cardúmenes de papeles nadan sobre el escritorio y la mesa de noche y esta silla, vuelve a ser el refugio de mi cuerpo cansado y adolorido.

La lluvia le sienta bien a la casa maldita, y el frio me obliga a abrigarme!