Que fácil es caer en la fantasía cuando esta aparece fantástica ante nuestros ojos, que fácil es caer también ante los sueños cuando estos parecen mejorar el mundo en el que vivimos, pero, difícil es ver la realidad cuando estás inmerso en uno de ellos, te dejas llevar por las fantasías y los sueños y todo parece funcionar a la perfección y, te dejas llevar, te dejas llevar a la calidez de lo conocido, de lo suave y perfecto del ambiente que en ese momento te envuelve, te dejas llevar por lo que te gusta y no te opone dificultad alguna, te dejas llevar.
Pero lamentablemente no se vive de fantasías ni sueños, aunque sin ellos no hay para que vivir, pero porque son esos sueños y fantasías los que nos hacen vivir, los que nos proponen metas y objetivos, los que nos dicen que hacer con nuestras vidas, sin tener que vivir insertos en ellos.
Cada vez que me cuestiono lo que hago con mi vida, siempre termino apuntando a esos sueños y fantasías. Tener una bonita casa y la familia feliz, no tener problemas de dinero ni de salud, tener un automóvil para cuando esté con la weonera arrancarme hasta donde me alcance la bencina, como lo hacía cuando tenía mi bicicleta, la pescaba y pedaleaba hasta donde me alcanzara el aliento para terminar echado sobre el pasto de un cerro o una plaza, utilizando la misma bicicleta de apoyo para la espalda con la mochila amortiguando los fierros. Ahora me dieron ganas de hacerlo nuevamente pero, no tengo bicicleta ni ando con la weonera, aunque no es necesario lo segundo para salir a darse una vueltecita. Talvez uno de estos días, tomaré la bicicleta de mi sobrino, le subiré el asiento a la altura de un adulto y, le pondré mi peso al pedal derecho para salir a despejar la cabeza a base de viento en la cara.
La casa maldita está de break, no ha pasado nada trágico en los últimos días, a parte de las pruebas y trabajos en
Otra cosa buena para agregar a esta entrada es que ahora tengo un poco más de tiempo libre, ya me deshice de un trio de trabajos que debía entregar en
Por ahora puedo gritar como los referees del baseball gringo “SAFE”.